Cifuentes crea un «nuevo» consejo de la diáspora que ya existía y abandonó

La Comunidad de Madrid resucita a un órgano que dejó extinguirse. El gobierno regional que preside Cristina Cifuentes (PP) crea el Consejo de la Emigración y el Retorno, con las prioridades puestas en facilitar la participación de los madrileños en el exterior, incorporar la utilización de las nuevas tecnologías para mejorar la comunicación, incrementar la representatividad y reforzar la cooperación institucional.

«El objetivo es estrechar las relaciones con los madrileños que residen fuera de España, y cuyo retorno ha empezado a producirse como consecuencia de la recuperación económica», ha informado en la Asamblea de Madrid el director general de Asuntos Europeos y Cooperación con el Estado, Ignacio Javier García Gimeno. «Se trata de poner en marcha un Consejo que responda a un fenómeno migratorio que no es el mismo de hace ocho o diez años. Ni los emigrantes tienen el mismo perfil sociológico, ni los países de destino y las necesidades son los mismos, ni las herramientas de participación pueden tampoco ser las mismas», ha señalado el alto cargo.

Sin embargo, el Consejo de la Emigración y el Retorno no es en sí una novedad. Tiene su antecedente en el Consejo de Madrileños en el Extranjero, un órgano consultivo y deliberante de representación del colectivo, creado por Esperanza Aguirre en 2007 y que apenas se había reunido una vez en su década de existencia, bajo la dirección del entonces consejero de Presidencia y exsecretario general del PP de Madrid, Francisco Granados, actualmente investigado en el caso Púnica por el que ya estuvo cerca de tres años en prisión preventiva.

La Comunidad de Madrid explica el abandono del Consejo de Madrileños en el Extranjero indicando que «su normativa no respondía a las actuales necesidades de la emigración madrileña» y reconoce que había dejado al órgano inactivo al considerarlo «obsoleto». Este abandono de una institución creada para los madrileños en el exterior no es un caso aislado en la Comunidad de Madrid. El Ejecutivo regional también creó la Agencia Madrileña de Emigración (AME), que apenas duró cuatro años antes de morir en diciembre de 2011.

Miembro del Comité federal del PSOE y exportavoz del PSOE Europa, Marco Ferrara observa que «el Partido Popular recalienta ideas cada poco para realizar lanzamientos mediáticos de presuntas novedades que luego deja abandonadas a su suerte», dice.

Además, el nombre del nuevo órgano también crea polémica. El exportavoz de los socialistas en el exterior desempeñó sus funciones durante los gobiernos de Zapatero y durante esa etapa trabajó en la modernización del léxico relativo a la diáspora. Hoy lamenta que se cambie «madrileños en el extranjero» por «emigración». Cree que «el PP va marcha atrás al retomar un nombre que excluye a los nacidos en el exterior» y que «usando términos superados, el Partido Popular demuestra su falta de visión en materia de ciudadanía en el exterior y lo lejos que está de la realidad», considera.

Según los datos del Padrón de españoles residentes en el exterior, 367.434 madrileños residen actualmente fuera de España. Más de 150.000 han emigrado en los últimos nueve años, si bien se está experimentando ahora un notable incremento en el retorno, como consecuencia de la mejoría económica.

Con el nuevo Consejo se pretende que los madrileños en el exterior tengan más participación en la toma de decisiones sobre aspectos que pueden afectarles, con un menor coste gracias a la incorporación de las nuevas tecnologías.

El órgano contará en su composición con los departamentos de la administración regional con más actividad en la materia, como la Consejería de Políticas Sociales y Familia, la Consejería de Educación e Innovación, y la Consejería de Economía, Empleo y Hacienda.

Además, pretende reforzar la cooperación institucional, creando una colaboración con los Consejos de Residentes Españoles en el Extranjero (CRE), que pasarán a formar parte del Consejo. Los CRE son órganos consultivos de las oficinas consulares, en las cuestiones de interés para la comunidad española de su demarcación, desarrollando sus actividades en materia de derechos civiles y laborales, y acción educativa, social y cultural. Pero la Comunidad de Madrid no explica si participará en la financiación de los CRE.

La puesta en marcha del Consejo de la Emigración y el Retorno deriva de la Estrategia de Apoyo a la Emigración y al Retorno 2017-2020 de la Comunidad de Madrid. Este plan gestiona un presupuesto más de 48 millones de euros, incluye 50 medidas y desarrolla cuatro grandes líneas de actuación centradas en facilitar la empleabilidad y la inserción socio-laboral, promover la salud y la atención en situaciones de vulnerabilidad, así como potenciar la información y la participación de los emigrantes y retornados, profundizando al mismo tiempo en el conocimiento de la realidad social del fenómeno de la inmigración.