Preocupa la fiscalidad suiza de los bienes en España

En menos de nueve meses entra en vigor el intercambio automático de datos bancarios entre Suiza y la Unión Europea. El fisco de los cantones suizos podrá detectar la existencia de bienes en España, bien sean fondos como inmuebles. Los numerosos españoles de Suiza que han invertido en una casa en España van a tener que declararla si no quieren que el país helvético les multe en 2018 con hasta 2,5 veces los impuestos debidos durante la última década.

Así las cosas, algunos están actualmente regularizando la situación, en pleno periodo de declaración de la renta: al denunciarse, pagan una cuantía «amistosa» que depende del valor del edificio. Por ejemplo, por un piso de 60.000 francos suizos, la regularización costaría cerca de 2500 francos. Y por una casa de 130.000, se pagaría unos 10.000 al declararla antes de 2018 al fisco cantonal. Sin embargo, por una propiedad de gran valor, el ciudadano corre el riesgo de pasar a la categoría fiscal superior y ver sus impuestos incrementarse.

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En este contexto, la preocupación es elevada, al igual que la incertidumbre. Los expertos tienen interpretaciones distintas sobre las posibilidades de que las multas se hagan efectivas. Hay dudas sobre la capacidad de los bancos europeos para facilitar información detallada de los pagos que efectaron por sus clientes de Suiza durante la última década. También hay incertidumbre en los distintos fiscos cantonales sobre la forma de aplicar la nueva normativa.

Las consultas se disparan a bancos, asesores fiscales y administraciones. Hace unas semanas, el CRE Ginebra organizó una reunión informativa que se desbordó. Y este semestre, incluso la Consejería de Finanzas de la Representación de España ante la ONU en Ginebra hizo público un incremento exponencial de las preguntas sobre la tributación suiza: la oficina tuvo que recordar que carece de competencia para facilitar información en esta materia, ya que su tarea se centra en la normativa tributaria y aduanera española.

Entre las posibilidades contempladas por algunos, existe la declaración de la casa a la Agencia Tributaria española, en calidad de no residentes personas físicas. El proprietario se somete al Impuesto sobre la Renta de no Residentes, que se suma al Impuesto sobre Bienes Inmuebles (tributo de carácter local): teóricamente, sería suficiente para evitar la doble imposición en Suiza.

Pero en determinados casos, se dan auténticas situaciones de pánico, que desembocan en decisiones drásticas como el retorno definitivo a España. Estas personas asumen pues la pérdida de la residencia en Suiza y la calidad de la atención sanitaria helvética, que para muchos se ha convertido en un factor existencial.

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