62 escaños para la España vaciada, 0 para la España emigrada

En Suiza hay más votantes españoles que en Argel, Austria, Bulgaria, Croacia, Dinamarca, Finlandia, Grecia, Holanda, Hungría, Irlanda, Islandia, Italia, Luxemburgo, Marruecos, Noruega, Polonia, Portugal, República Checa, Rumania, Rusia y Suecia juntos.

Al final votarán menos de 10.000 y sus votos no irán a una circunscripción electoral exterior con diputados y senadores que representen los intereses de los emigrantes («residentes ausentes desplazados para hacer experiencias y aventuras» como nos llaman ahora los políticos profesionales que nos quitaron el derecho de voto).

4 circunscripciones electorales del exterior (Europa, America del Sur, Resto de America, Asia-Africa-Oceanía) con sus respectivos diputados y senadores no solo harían justicia y darían voz a 2 millones de españoles con un considerable «hecho diferencial», sino que aportarían infinidad de experiencia y conocimiento al legislativo que de ninguna otra manera puede adquirir.

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El PSOE prometió crear las circunscripciones electorales del exterior hace más de 15 años, Izquierda Unida lo promete desde hace más de 20 y el mismísimo Manuel Fraga lo consideraba.

Vuelvo a repasar los programas electorales, a ver que dicen sobre 2.000.000 de españoles, que somos más que los que hay en Soria, Teruel, Segovia, Ávila, Palencia, Zamora, Cuenca, Huesca, Guadalajara, Ceuta y Melilla juntos.

Los españoles que viven en Soria, Teruel, Segovia, Ávila, Palencia, Zamora, Cuenca, Huesca, Guadalajara, Ceuta y Melilla están representados por 22 diputados y 40 senadores, los de Europa, América, Africa, Asia y Oceanía por 0 diputados y 0 senadores. Prueba de ello fue la burrada de la introducción del voto rogado en la LOREG casi por unanimidad del Congreso en 2011. Fue prácticamente la única reforma pactada por unanimidad en aquella legislatura: era fácil, las víctimas no tenían voz ni voto, ni podían salir a hacer huelgas, escraches y manifestaciones en la Puerta del Sol ni cortar la Castellana.

Ahora que los políticos profesionales le han cogido tanto cariño a la España vaciada, quizás tocaría reflexionar sobre la España emigrada.

Daniel Ordás, de Basilea (BS), es abogado en el despacho Trias

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